La desinformación daña más que el Covid-19
EM Editorial
Definitivamente con tanta información alrededor nuestro es difícil formarse una opinión. Mucha de esta información no es confiable y tampoco se confía en la información oficial. Teorías de conspiración se esparcen como siempre que hay una situación que amenaza la estabilidad social actual, cualquiera que esta sea la calidad de la misma. La gente, como siempre, se divide entre lo que cada uno cree y considera cierto, y en esta división, se observa el comportamiento social polarizado por las acciones y recomendaciones de las fuentes oficiales.
Si bien es cierto que las versiones oficiales están respaldadas por estudios científicos, recurrentemente podemos encontrar o sentir que la política y economía intervienen en la forma y difusión de la información con la intención de dirigir la opinión, reacción y comportamiento de las personas. Con éste artículo no queremos indagar más en esa clásica reacción de la gente ante estos tipos de eventos, tampoco queremos aumentar la desinformación, pero si queremos invitar a nuestros lectores a que utilicen el sentido común, la intuición y la consciencia para tomar decisiones y acciones no solo de forma individual pero en un sentido más colectivo. También queremos que, con esta oportunidad, se pueda tomar en cuenta que existen posibles cambios en nuestros hábitos para el presente y futuro cercano, y no solo en tiempos difíciles o de crisis como el actual con la pandemia del corona virus.
Soluciones, no problemas ni culpables.
Saque sus propias conclusiones, comparta sus ideas, pero también actué con inteligencia y con prudencia para ayudar a que la situación crítica que se vive en estos días pueda ser manejada con suficientes recursos y a un mejor tiempo. Evitemos buscar culpables y señalar grupos étnicos o nacionalidades. Esta situación, al nivel que nos encontramos la mayoría, no la podemos ni controlar ni administrar, pero si la podemos hacer menos estresante siguiendo las recomendaciones. Lea, infórmese, póngase al corriente en información que venga de fuentes confiables, verifique que lo que va a compartir, a comunicar en su circulo de amigos no sea un rumor más, evitemos esparcir más los temores y preocupaciones y porqué no, seamos creativos y pensemos en hacer lo mejor con lo que tenemos. No hay mal que dure 100 años, ni cuerpo que lo aguante, pero participando en comunidad, con medidas de higiene preventivas y más seguras, tal vez no duremos 100 años, pero si la pasaremos mejor preparándonos para la recuperación y para el siguiente paso que daremos como comunidad global.